"Todo en esta vida nos es útil, si tenemos interes en aprovecharlo" A. Calder

foto perfil: Fernando Aceves

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sábado, 11 de enero de 2014

Sin azúcar, por favor.

No sé cuando empezó, no sé por qué empezó, pero tengo una adicción al café. Ya sé, que en nuestros tiempos y en un país como México, cualquiera puede decir eso. Sin embargo siempre he sido un tanto ñoño con las cosas que me apasionan y quiero investigar o hacerlo parte de mi cotidianidad o de mi quehacer diario o... en otras palabras, "intensear".

El Gabo Puentes me ha compartido mucho groove con su batería y uno que otro golpazo con su técnica de arte marcial. Después de sonar juntos un tiempo, también empezamos a compartir el gusto por el café (incluyendo la parte de ser ñoño). Me invitó a un lugar que abrieron hace poco en nuestro barrio, el dueño, el señor Juan,  es el editor de una revista de Café que se llama Cafés de México, bimestralmente la publican con lo que se está viviendo a cerca de la industria cafetalera en México principalmente y en el mundo, sin olvidar la parte emocional y ritual del café.

Don Juan nos cuenta de los granos de café, de Arabiga, de Robusta, del tostado, del horario de recolección, de la altura. Aprendí de los métodos artesanales como las prensas y el dripper. Se habla de cafeterías que están cerca y de estados como Veracruz o Oaxaca. Todo lo que tenga que ver con el consumo de café. De starbucks no se habla, porque ellos venden malteadas e internet y eso, como dice don Juan, no tiene nada que ver.
 Siempre pido dripper y a ultima vez me dijo que si no probaba el Clever, me iba a perder para siempre de las mejores notas de frutos rojos de ese tostado.

Luego uno ya no puede tomar café en cualquier lado o con cualquier persona, lo sé, debo ser insoportable bajo esa influencia. No obstante, ya quiero otro café, cuento las horas, aunque no las tazas.